Page 22 - Karate Vida o Religión
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Sensei Néstor Parreño     Karate, vida o religión                                           21


                                    Capítulo IV                                            corteza cerebral, de manera presuntuosa, las agrupa y las hace identificar como
                                                                                           sentimientos! el papel relacionista de la corteza cerebral vuelve a funcionar y el
                El Cerebro en el Karate todo lo controla todo                              inconsciente frente a estos reflejos trata de interpretarlos y justificarlos. En
                                                                                           otras palabras, la corteza se niega a aceptar que se trata de un reflejo primitivo y
                                                                                           lo maquilla, todo esto tiene su lógica, porque el cerebro emocional apareció por
                                                                                           debajo de la corteza en el proceso de evolución, antes que esa corteza cerebral
                      sí funciona el Cerebro en “piloto automático”, el Cerebro cons-
                                                                                           plegada de la que tanto se ufana la especie humana.
                      ciente hace que las acciones se vuelvan instintivas, para que así
              Asean mucho más veloces…                                                         La velocidad a la que este 'cerebro viejo' toma decisiones es de casi 300
                                                                                           milisegundos, es decir, algo casi instantáneo, lo cual es posible porque esa
              Aunque los seres humanos creen que el Cerebro es el órgano más desarrolla-
                                                                                           intuición se funda en la experiencia acumulada de siglos. Nadie piensa para
           do de la evolución biológica, al contrario de lo que la gente cree, la mayoría de
                                                                                           rascarse, mucho menos en cómo mover la boca para comer o cómo contraer los
           las decisiones que se toman no son producto de procesos conscientes o “razona-
                                                                                           músculos para caminar. Seguro que si se intentara la acción, resultaría torpe,
           bles”. Es decir, el cerebro funciona de manera automática, a grado tal que el ser
                                                                                           burda y tan ineficiente que a lo mejor no se realizaría como se necesita y cuando
           más inteligente sobre la tierra queda a merced del instinto y de su propio
                                                                                           se necesita, en el proceso de conducir un vehículo: cuando alguien está apren-
           inconsciente. Puede sonar desalentador, hoy el pretencioso Homo sapiens tiene
                                                                                           diendo, todos sus movimientos son conscientes y ocupan tanto a su corteza
           que aceptar que el grueso de la actividad mental se procesa en módulos que en
                                                                                           cerebral nueva (que no se puede encargar de dos cosas a la vez) que algo tan
           su mayoría son automáticos. Desde la decisión más elemental, como levantarse
                                                                                           simple como seguir la letra de una canción o hablar con alguien, puede alterar el
           de la cama, hasta la más compleja, como elegir una pareja o casarse, no tienen
                                                                                           proceso y poner a la persona en riesgo; no obstante, en la medida en que se gana
           que vérsela con los 10 millones de pasos que intervienen en cualquier acto,
                                                                                           experiencia, los movimientos de la conducción desalojan la corteza y se ubican
           como hablar, mover las manos o rascarse la cabeza. Todo eso está fuera de la
           consciencia. Ni siquiera pasan por la corteza cerebral cosas supuestamente
           complicadas como decidir qué ropa ponerse o cómo planear un día, se ha
           llegado a conclusiones científicas, que pensar conscientemente limita el cerebro
           y lo hace menos eficiente. En ese orden de ideas, para esta tarea solamente se
           cuenta con la parte frontal de la corteza cerebral. Sería como decir que la parte
           razonable y consciente se domicilia justo por encima de las órbitas de los ojos.
           Por  el  contrario,  por  debajo  de  la  corteza  cerebral  actúa  esa  racionalidad
           construida a partir de las vivencias y de las experiencias que mágicamente el
           cerebro guarda en el hipocampo. No en vano funciones tan importantes para la
           supervivencia, que no son razonables ni permiten manejarse a voluntad, como
           el miedo, el dolor y el mismo placer, están ubicadas no en la corteza, sino en la
           amígdala cerebral, una estructura que está presente en muchos cerebros de las
           llamadas especies inferiores. Para esos seres inferiores estas reacciones son
           primarias y casi reflejas, lo mismo que para los humanos. Sin embargo, la
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